Disciplina China

domingo, 2 de enero de 2011

ENTREGA DE SUMISA

entrega de sumisa

ENTREGA DE SUMISA

1En aquellos días se presentó sumisa Lorena ante su Amo, se arrodilló delante de él y éste le dijo:
-¿Te has preguntado qué significa entregarte como sumisa?
Ella bajó la mirada y le contestó:

Me pregunté que es entregarme a tu Señor, a tu Amo, a tu Dueño
y busqué en mí la respuesta, en lo que siento y vivo cada día, en cada momento...
Lo busqué en la necesidad que aumenta con la distancia,
en las lágrimas que genera la falta de una caricia,
el murmullo de una palabra, la fuerza de una mirada...
Y en esa ausencia y en esta distancia,
resisto y me aferro a mi Señor,
me mantengo en pie y sin temor
porque en esta realidad que hoy vivo
descubrí lo que para mí es entregarme...
Entregarme es confianza y en usted confío plenamente.
Entregarme es una necesidad deseada completamente,
por eso lo hago sin condiciones y voluntariamente.
Entregarme es ponerme cada día a disposición de mi Señor,
sin egoísmos, despojándome de mi ego.
Entregarme es dar sin medir lo que recibo.
Entregarme es comprometerme,
demostrándoselo con mis acciones y pensamientos.
Entregarme es respetarlo y respetarme.
Entregarme es ser sincera y obediente.
Entregarme es sentir verdadero interés y fascinación por usted,
más allá de la atracción física.
Entregarme es aprender de los errores y castigos,
y cada día de su mano ir realizándome como sumisa, como mujer.
Entregarme es renovar día a día la confianza, el respeto,
el compromiso de estar, permanecer y pertenecerle.
Entregarme es estar a su disposición y esforzarme por superarme.
Entregarse es dedicarle tiempo, servirle, ayudarle y ocuparme.
Entregarme, entregarse es sentir el honor de pertenecerle,
es dejarme moldear a veces como la arcilla suavemente,
a veces con la fuerza del cincel sobre la piedra que talla…
Entregarme, entregarse es sentir el orgullo de estar a sus pies.
Siempre suya y rendida a sus pies.


Entonces respondió su Amo y dijo:
-“Tú llamarás, y yo te responderé; anhelarás la obra de tus manos.”. Job 14:15

{Rey}